Descripción
Composición nutricional
La cúrcuma contiene fibra, proteínas, niacina, vitaminas C, E y K, sodio, potasio, calcio, cobre, hierro, magnesio, zinc… Pero, dado que que trata de un condimento para dar sabor y aroma, la cantidad que se consume es muy poca y, por lo tanto, “su valor nutricional es escaso”, afirma Hoyos.
Robles coincide en calificar su aporte de nutrientes como “despreciable” porque, “al utilizar una cantidad tan pequeña, los hidratos de carbono, grasas, etc. que proporciona son casi inapreciables”.
La proporción de vitaminas, proteínas, fibra, minerales y demás componentes puede elevarse si se consume cúrcuma en cantidades más elevadas, en forma de suplemento nutricional. Sin embargo, las nutricionistas resaltan que, al menos de momento, no se aconseja tomarla de esta manera. Carrera advierte que “aumentar mucho la dosis puede ocasionar problemas digestivos”.
La cúrcuma y la salud
La curcumina reduce, en palabras de Robles, “la producción de mediadores de la inflamación y los radicales libres, lo que hace que popularmente se le atribuyan propiedades antioxidantes y antiinflamatorias que tendrían efectos beneficiosos en el tratamiento de enfermedades como dislipemia (colesterol alto), artrosis, enfermedades de la piel, úlceras gástricas, diabetes o, incluso, cáncer”.
La realidad es que no existen pruebas concluyentes sobre esos beneficios. “La evidencia científica en torno a su eficacia para reducir la inflamación es prometedora pero limitada”, concluye la dietista-nutricionista y tecnóloga alimentaria.
Seguridad y efectos adversos
El consumo de curcumina como suplemento nutricional se considera seguro cuando se administra por vía oral o tópica, aunque en algunas personas puede provocar náuseas, diarrea o malestar estomacal.
No obstante, Robles puntualiza que, cuando se consume en esas dosis terapéuticas (no empleada como especia), “en mujeres embarazadas sí que pueden aparecer efectos adversos que pongan en riesgo la gestación y no hay información suficiente sobre la seguridad en mujeres lactantes, por lo que se desaconseja su uso”. De la misma manera, “se debe extremar la precaución en otros grupos de riesgo como personas diabéticas, con problemas de coagulación, enfermos oncológicos…”.
Hoyos describe una característica de la cúrcuma que puede llevar a tener que aumentar la dosis ingerida, con el consiguiente mayor riesgo de efectos adversos: “Tiene una baja solubilidad y por eso es muy complicado que llegue al torrente sanguíneo por vía oral”. Por esta razón, añade, “en los estudios también se investigan otras vías de administración”.
La dosis de curcumina que podría considerarse terapéutica -si se confirman sus prometedoras cualidades- es de 1 gramo, es decir, unas 5 cucharadas de café.
(Si padece una enfermedad y está consumiendo medicamentos, o se encuentra embarazada o en periódo de lactancia; no olvide consultar con su médico la compatibilidad de su enfermedad con ciertas plantas)
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